lunes, 31 de mayo de 2010

Ecuador a colores


Los clichés, los lugares comunes y todas aquellas vaciedades no son sino producto de una ignorancia culpable. No sabemos y como desconocemos y además no nos interesa, especulamos y ni siquiera dudamos. Pasa con todo. Esa ha sido la historia de la humanidad, la de las luchas, la de las luces, la de las oscuridades.

Orígenes y clichés

La cultura dominante es la que se impone, es la que se predica. Nosotros insertos en una cultura de occidente hemos sabido acatar los preceptos y sitios de pensamiento sin cuestionamientos. Es arriesgado decirlo pero, la tendencia parece ya no estar inscrita solamente en la brecha entre ricos y pobres, sino entre dos categorías que contienen a las anteriores pero con un planteamiento distinto y quizá más amplio: los incluidos en el sistema o los excluidos.

Parecería lo mismo pero no es así, por ejemplo: aquellos profesionales que no dominen inglés y computación están fuera. Sucede con lo estético para las mujeres, con la sexualidad, con lo étnico, en fin se extrapola a muchos otros sectores y grupos sociales.

La cuestión étnica o racial (aunque se sabe que la única raza que existe es la humana) está dentro de esa clasificatoria, en donde el pueblo afro ha sido uno de los que más ha padecido a lo largo de la historia. Tal como nos comenta Aníbal Quijano, el racismo nace con las tierras conquistadas, con la noción del que descubre y el que es descubierto:

“La idea de raza, en su sentido moderno, no tiene historia conocida antes de América. Quizás se originó como referencia a las diferencias fenotípicas entre conquistadores y conquistados, pero lo que importa es que muy pronto fue construida como referencia a supuestas estructuras biológicas diferenciales entre esos grupos”.

Categorías desde las que hasta hoy, luego de algunas conquistas, se sigue partiendo. Frases muy familiares como: “Negro ladrón”, “esto parece una merienda de negros” o “hay que trabajar como negro”, dan cuenta de que la discriminación sigue operando dentro del imaginario colectivo, dentro de la memoria social. Y con esto los estereotipos se crean: los negros son futbolistas, vagos, fiesteros y ladrones. Nuevamente esa cultura occidental dominante que crea parámetros, opera en la gente.

Hitos en Ecuador

Ante estas taras culturales que crean barreras para diálogos más pluralistas, en Ecuador se están desarrollando algunas iniciativas. Desde lo legislativo, el artículo 57 de la Nueva Constitución dice:

“Se reconoce y garantizará a las comunas, comunidades, pueblos y nacionalidades indígenas, de conformidad con la Constitución y con los pactos, convenios, declaraciones y demás instrumentos internacionales de derechos humanos, los siguientes derechos colectivos: (…) 2. No ser objeto de racismo y de ninguna forma de discriminación fundada en su origen, identidad étnica o cultural”.

Hasta el 2007, ningún afroecuatoriano había llegado a ocupar altos cargos en el gobierno, pero en ese año se creó el Ministerio de Cultura y con él se nombró al poeta esmeraldeño Antonio Preciado como principal de esta cartera de Estado. Un hito. A fines del 2009 se realizó el documental de su vida “Entre cantos y marimbas” de Ediciones Pentagrama por Modesto López.

Desde lo institucional se ha creado la Secretaría de Pueblos, Movimientos Sociales y Participación Ciudadana, cuya responsable es también una afrodescendiente: Alexandra Ocles. Una de las declaraciones recientes que hace en su blog es realmente preocupante y data del 26 de mayo de 2010:

“Como funcionaria pública de la Secretaría de Pueblos, entidad que trabaja rige y coordina la política pública, que garantiza a la ciudadanía el derecho a la participación intercultural desde el Ejecutivo, y sobre todo, como AFROECUATORIANA, rechazo las declaraciones del presentador de televisión Geovanni Dupplein de Vamos con Todo, que se transmite en RTS. Dupplein afirmó el 5 de mayo en el programa que conduce, que los afrodescendientes están demostrando que solo sirven para “vender cocadas y patear pelotas”, al comentar la detención del futbolista de Barcelona, Luis ‘el chucho’ Bolaños, el sábado anterior por estar en estado etílico”.

Episodios como este invitan a sentir vergüenza ajena y a preguntarse a modo de exclamación al mismo tiempo: ¿Cómo es posible que los medios de comunicación, los “comunicadores/periodistas” se licencien hacer estas declaraciones? ¿Cómo no afectar a 13 millones de ecuatorianos con mensajes semejantes?

La educación, uno de los mayores problemas

En el Censo del 2001 el 5% de la población ecuatoriana se identificó como afroecuatoriana (negros y mulatos). Aunque se considera que esta población podría ser mayor, habría que esperar los resultados del nuevo censo.

Según el Censo la población afro es mayoritariamente urbana (68.7%). Apenas la tercera parte vive en las zonas rurales (31.3%). Guayaquil es la ciudad donde más afroecuatorianos hay (cerca de 175.000). Así mismo en Quito, Esmeraldas, Ibarra, Quinindé, Santo Domingo, Cuenca y Lago Agrio existen gran presencia afroecuatoriana.

Lamentable pero cierto, los casos arriba expuestos son la excepción, pues la falta de educación es uno de los problemas que más afecta a la población afro en Ecuador. “Solo 8 de cada 100 jóvenes afroecuatorianos están matriculados en una universidad, en contraste con la población mestiza, en la que 20 de cada 100 jóvenes de ese grupo sociocultural gozan de una matrícula universitaria” . Aun cuando se han realizado algunos avances no son suficientes y más allá de lo legislativo o institucional, está lo cultural, las verdaderas estructuras que se niegan a transformar y abrirse.

Generar nuevos espacios de discusión e inclusión no significa caer en una banal “discriminación positiva”, sino definir canales y brindar accesos en proporciones iguales. En este sentido, los medios de comunicación y líderes de opinión tienen un papel decisivo al ser constructores de realidades y significados.

FUENTES:


Informe de la Universidad Andina sobre la Población Afroecuatoriana

Instituto Ecuatoriano de Estadísticas y Censos (INEC)

Objetivos de Desarrollo del Milenio. Estado de la Situación 2007. Pueblo Afroecuatoriano. PNUD CODAE 2007.pag. 58

miércoles, 26 de mayo de 2010

La bota, un barrio afro en medio de Quito


Quito es una ciudad ubicada a 2800 mts sobre el nivel del mar, aunque se caracteriza por su clima variable, hay ciertos lugares favorecidos por el sol. La bota es un ejemplo.  Se trata de un barrio ubicado al norte de la capital en una zona periurbana cerca del famoso y bastante comercial “Comité del Pueblo Nº1”.

El origen de su nombre es desconocido –al menos sus pobladores no lo recuerdan- pero el caso es que en esas tierras se han asentado diversas familias afro, provenientes del Valle del Chota y  de otras zonas aledañas como: Juncal, Piquicho, Caldera y Charguayaco.

La famosa pescadería "La Bota"


                                                         


Es ya conocida por la ciudad la pescadería “La Bota”. Don Luis Carabalí,  quien vive allí  desde 1973, es su propietario.  Èl, junto con su esposa Doña Ligia y sus hijos atienden este negocio por casi treinta años (1980). Según nos comenta, empezó comprando 100 sucres de pescado, que se vendían de jueves a domingo.  Luego creció, hasta convertirse hoy en día en un “must” para cualquier visitante.

Ellos provienen, como muchas otras familias, del Valle del Chota. Don Luis dejó su tierra en el 54 y migró a Ibarra, pero luego de casarse en el 69 decidió instalarse en Quito. De aquel episodio ya  son 55 años.  Como nos comenta, antes vivía en el barrio Las Casas, en el centro-norte de la ciudad. 

En aquella época, trabajaba de controlador, más tarde se enroló en  una compañía de electricidad, por la que tenía que dejar su hogar alrededor 3 meses.  Aun cuando el horario no era del todo amigable, laboró por 13 años. Con tristeza, nos dice que quiso volver a emplearse pero ya no pudo.  Escuche a continuación este episodio relatado por el protagonista.
Sus hijos ya están casados, pero Don Luis todavía mantiene su hogar.  Al hablar de su familia recuerda a la vez, cómo logró adquirir su vivienda y su negocio en medio de un barrio casi fantasma.

Su aspiración es dejar a sus hijos un legado tanto espiritual como material.  “Todo el sacrificio que uno hace es para sus hijos”.