Por: Valeria Puga Álvarez
Cada época parece tener su “consagrado” método de eliminación del “enemigo”. Aquel que se vuelve casi infalible para la élite mundial. No es casualidad que existan ciertos “parecidos de familia” entre lo que sucede en Caracas (Venezuela) y en Kiev (Ucrania).
Un poco de historia no está demás, en esta época en la que el tuit dicta la memoria de mañana. Empiezo. Muy poco se conoce en las latitudes latinoamericanas sobre “el caso Mattei”. Enrico Mattei fue presidente de la petrolera nacional italiana ENI (Ente Nazionale Idrocarburi) allá por los 50. Si bien provenía del sector privado, fue quien impulsó una amplia participación del Estado en sus recursos, de modo que, compitiera con los oligopolios petroleros privados mundiales, encabezados por las que bautizó, despectivamente, como las “Siete hermanas” -entre ellas: la Standard Oil, la Gulf Oil y la entonces Texaco, hoy Chevron-. Extrañamente, Mattei murió en un “accidente” de aviación cerca de Pavia, en circunstancias que hasta la fecha no están claras. Lo único que se ha descartado es que no fue un “accidente”, sino parte de un plan de asesinato, orquestado presuntamente desde los carteles petroleros a quienes Mattei incomodaba cada vez más. En efecto, el método estuvo vigente por algún tiempo y para nosotros, la víctima más cercana fue el presidente Jaime Roldós, en cuya muerte habrían participado dictadores del Cono Sur, incluso, la propia CIA.
Escenas de represión durante la dictadura de Pinochet Fuente:http://www.surysur.net/ |
Ahora, si bien son varias cuestiones que distancian los episodios de Ucrania a los de Venezuela, se ve claramente que detrás del discurso de democracia asociado a la “benevolencia” neoliberal, existen serios indicios de dejar el camino laxo para el golpe y la injerencia extranjera.
Ya las eliminaciones desenfadadas de líderes políticos progresistas a través de extraños accidentes de aviación o los golpes de Estado para instaurar dictaduras fascistas, son métodos ampliamente rechazados por la “doble moral” de la comunidad internacional, sobre todo, en regiones dominadas por democracias -semidemocracias, dirán otros- como América Latina. No obstante, estas “hojas de ruta” siguen siendo una opción de las grandes potencias en latitudes como el Medio Oriente y otros enclaves “incómodos” para su interés. De todas maneras, “las modas siempre vuelven”. Un ingrediente novedoso de los nuevos intentos de golpe y de las “exportaciones de la democracia” son los medios de comunicación como lugar de constitución de la estrategia. Por ejemplo: CNN contribuyó a legitimar la “guerra contra el terrorismo” y todas las acciones periféricas y no, llevadas a cabo por Bush, creando un clima de opinión favorable.
En Venezuela, el caso ha sido más agudo. No solo los principales medios de comunicación nacionales –que cuantitativamente tienen la hegemonía de la información-, sino también los medios internacionales como CNN, ABC y El País han desinformado sin mayor escrúpulo sobre la situación de ese país, reforzando la falsa imagen de una autocracia , tiranía o dictadura. En efecto, las operaciones de eliminación y desestabilización tienen hoy en los medios de comunicación un nuevo escenario para reforzar o desmentir y llevar a cabo sus fines conspirativos a través de “guerras informativas”. Chávez lo tenía claro y el presidente Correa tampoco ha descuidado esta variable. Como un militar golpista venezolano alguna vez dijo: “los medios de comunicación fueron nuestras mejores armas”.
Fuente: http://article.wn.com/ |
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