domingo, 23 de febrero de 2014

¿América Latina, el nuevo escenario de los “golpes suaves”?

Publicado originalmente en El Telégrafo aquí

Venezuela es el país que más intentos de desestabilización ha sufrido  desde hace trece años. La variedad de instrumentos que ha empleado la oposición es sorprendente y ha incluido: sabotajes petroleros, guerras económicas, campañas permanentes de desinformación,  incluso chantajes psicológicos.
Dentro de la región, Venezuela no ha sido la única en sentir los efectos de estas nuevas formas golpistas, Ecuador vivió el 30 de septiembre de 2010 el clímax de la combinación de varios elementos de desgaste, propios, de lo que se conoce como “golpe suave”.
Sobre la doctrina “Sharp”
El llamado “golpe suave” es una alternativa al uso de la fuerza que tanto caracterizó a los golpes militares de las décadas del 60 y 70. El autor de esta apuesta es Gene Sharp, un politólogo estadounidense que por cerca de 50 años ha asesorado a disidentes y opositores en el derrocamiento de sus líderes.
Su famoso libro ‘De la dictadura a la democracia’, traducido a más de 30 idiomas, estuvo clandestinamente rodando de mano en mano en las recientes crisis de Medio Oriente. Sharp considera que la guerra tradicional “cuerpo a cuerpo” puede ser sustituida por vías menos invasivas y no violentas. Su principal tesis sostiene que sin obediencia, el poder del gobernante se derrumba.
La obra de Sharp fue escrita para ayudar a los disidentes de Birmania, un país del sudeste asiático que ha vivido por años en conflicto debido a causas, principalmente, étnicas. Este manual contiene 198 maneras no violentas para tumbar un régimen, aplicables a cualquier parte del mundo y a cualquier tipo de gobierno, no solo a dictaduras.
Irónicamente, este recetario golpista no obtuvo muy buenos resultados en Birmania. En cambio, en Serbia, gracias a Robert Helvey, un excoronel estadounidense, y a la red de ONGs del ala “exportando la democracia” como la Usaid y la Freedom House, brindaron apoyo al movimiento “Otpor” y barrieron al régimen de Milosevic en  2000. Luego, con el apoyo de estas mismas agencias oficiales se creó el Centro para las Estrategias y la Acción No Violenta Aplicada (Canvas, por sus siglas en inglés)2, que se convirtió en el principal lugar de entrenamiento de los disidentes de los gobiernos de la Europa postsoviética y los activistas egipcios, sirios, libios y tunecinos.
Sharp tiene su propia fundación, el “Instituto Albert Einstein”, cuyo financiamiento proviene de las ya conocidas Usaid, la National Endowment for Democracy (NED), el Instituto Republicano Internacional (IRI) y el Instituto Nacional Demócrata para los Asuntos Internacionales (NDI).
En más de una ocasión, a este candidato al Nobel, se lo ha acusado de cooperar presuntamente en los planes conspirativos de la CIA.
Presencia del “golpe suave” en Venezuela
Reducir la legitimidad de un régimen a través de la desobediencia es el arma más fuerte para debilitarlo, según Sharp. Para conseguirlo sugiere varias medidas puntuales: uso de colores y símbolos, carteles en inglés para que las demandas sean conocidas en todo el mundo, boicot económico, quema de retratos de los líderes, destrucción de propiedades, creación de gobiernos paralelos, ridiculización de los funcionarios en el poder, funerales falsos, retiros masivos de depósitos, creación de nuevos signos y nombres, desconocimiento de resultados de votaciones y, por supuesto, una campaña mediática de descrédito permanente.
En Venezuela, el manual de golpismo suave se ha aplicado con rigor en sus fases de protesta y no cooperación, principalmente, luego de procesos electorales –tal como lo recomienda Sharp- y ha sido posible, porque la oposición ha logrado articularse y fortalecerse desde la plataforma de los gobiernos locales.
CINCO ETAPAS PARA 
DERROCAR UN GOBIERNO

Etapa I: Ablandamiento

Promocionar
 factores de malestar

Denunciar 
supuestos actos de corrupción

Promover
 intrigas

Etapa II: Deslegitimación

Campañas 
en defensa de la libertad de prensa y derechos humanos

Acusaciones 
de totalitarismo

Etapa III: Calentamiento de calle

Lucha 
y globalización por demandas políticas y sociales

Manifestaciones,
 trancas y toma de instituciones públicas

Etapa IV: Combinación de formas de lucha

Operaciones 
de guerra psicológica

Clima 
de ingobernabilidad

Etapa V: Fractura Institucional

Se exige
 la salida del presidente

Se
 continúa tomando instituciones

Se
 mantienen las protestas en las calles

Se prepara 
el terreno para una intervención militar

Desarrollo 
de una guerra civil prolongada

Promoción 
de aislamiento internacional.
Henrique Capriles una de las cabezas más visibles de la llamada “Mesa de la Unidad Democrática” es el gobernador del Estado de Miranda; Leopoldo López, el líder de las protestas del 12 de febrero, fue alcalde del municipio del Chacao, uno de los más ricos del país. Ambos han trasladado al campo de batalla las estrategias ensayadas por Sharp.
El breve golpe de Estado de 2002, aupado por la permanente guerra informativa; el sabotaje petrolero de ese mismo año; las repetidas marchas y contramarchas; las permanentes reuniones de la oposición con líderes de ultraderecha, como Álvaro Uribe, incluso, y el retiro del retrato de Bolívar del Palacio de Miraflores han sido parte de la gran estrategia golpista y de debilitamiento en contra de la Revolución Bolivariana.
De acuerdo con el texto de Sharp, la intervención es la fase final y el resultado exitoso del proceso desestabilizador. Hasta el momento, la oposición venezolana no ha logrado que Estados Unidos y el Consejo de Seguridad intervengan “humanitariamente” el país, debido al amplio apoyo popular que tiene el chavismo y a otras condiciones de la coyuntura histórica.
No hay que engañarse, la manipulación de la no violencia no tiene un fin democrático, sino geopolítico y es apoderarse de los recursos petroleros y de los enclaves que pueden servir a los intereses de las élites mundiales. Honduras y Paraguay han sido también víctimas de algunas cláusulas de este manual. Ecuador estuvo  cerca.
Esto no impide que los ciudadanos, así como los mandatarios, estén atentos a las tácticas desestabilizadoras de la oposición. El mejor remedio contra estos golpismos suaves es el sostenimiento de la legitimidad en el amplio apoyo popular, un rasgo que, indudablemente, ha caracterizado a los nuevos gobiernos progresistas de América Latina.
GRUPOS APOYAN GOBIERNO DE MADURO
El presidente Nicolás Maduro felicitó ayer a las millones de mujeres venezolanas que marcharon por los 23 estados de la nación en un llamado a la paz y la vida, y en contra de la violencia de grupos opositores de dentro y fuera del país.
A través de su cuenta social en Twitter, el dignatario escribió: "Felicitaciones mujeres en solo 24 horas millones se han lanzado a la calle como una garantía de paz y rechazando el golpe de Estado fascista".
En otros de sus mensajes por igual vía el jefe de Estado señaló que las mujeres de la patria desbordan con su amor "todo el territorio de Venezuela, llamando a la paz y rechazando el fascismo...".
"Aquí las espero en la Casa Presidencial de Miraflores que es su casa mujeres de la patria, sigamos leales al proyecto de Bolívar y Chávez...", expresó.
CAPRILES CRITICA VIOLENCIA EN LAS PROTESTAS
El líder opositor venezolano Henrique Capriles criticó el uso de la violencia contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, al que tildó de "error de la historia", y dijo que el lunes asistirá a una reunión con gobernadores en el Palacio de Miraflores.
"Este gobierno es un error de la historia y no podemos salir de este error para incurrir en otro error (...) a los que cierran las calles: ¡Cuidado!, porque ustedes, que cierran vías se están enterrando ustedes mismos y eso es lo que le interesa al gobierno", exclamó el también gobernador del estado Miranda que incluye zonas de Caracas.
Capriles dijo que mañana acudirá al palacio presidencial para buscar soluciones a los problemas del país conjuntamente con Maduro, a quien advirtió que no aceptará "monólogos".

sábado, 22 de febrero de 2014

¿Operación Venezuela?

Publicado originalmente en El Telégrafo aquí


Venezuela quizá sea el país de la región que más intentos de desestabilización ha padecido desde 2000. Históricamente, fue el país de los golpazos y por eso tuvo que conformarse con el bipartidismo instaurado en el pacto de ‘Punto Fijo’, que se quebró con la llegada de Chávez al poder. Desde entonces, el golpe de abril de 2002, el sabotaje petrolero en ese mismo año, el referendo revocatorio de 2004, entre paréntesis varias marchas y contramarchas, y por último, la crisis actual, no han sido sino parte de la permanente estrategia de desestabilización de la derecha venezolana articulada con varios polos, entre ellos, Washington. Y de esto hay pruebas, no es mera retórica de izquierda.
Es cierto, la inseguridad es uno de los problemas más difíciles que aqueja a Venezuela, pero no es fruto del chavismo, como la prensa lo ha tratado de tildar. Ha sido un mal histórico de ese país, frente al que todavía, lamentablemente, no se ha ensayado una solución efectiva. Este hecho desmonta la tesis monocausal de que a menos desigualdad mayor seguridad. Muy alejada de la realidad, si se tiene en cuenta que Venezuela es el país menos inequitativo de América Latina.
El caso de una joven que habría sido víctima de la violencia fue el pretexto capital para que Táchira, uno de los estados más ricos, y Mérida, cuyo día a día gira en torno a la vida universitaria, inicien las protestas estudiantiles. No faltó la acusación contra los chavistas por la muerte de tres jóvenes. Un viejo recurso que ya empleó la oposición golpista en 2002 como pretexto para pedir la salida de Chávez.
No es curioso que el líder de la oposición, Henrique Capriles, de la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), no haya aparecido en las marchas. No son un secreto al interno de la MUD las disputas que han caracterizado, al menos desde 2005, la relación entre Capriles y Leopoldo López, cabeza de las protestas de estos días. Para muestra, en las elecciones del 14 de abril del año pasado, López reclamó a Capriles por haber aceptado tan complacientemente los resultados. López siempre ha insistido en salir a la calle. Capriles no.
Leopoldo López, del partido Voluntad Nacional, integrante también de la MUD, aprovechó la coyuntura de las manifestaciones estudiantiles y armó una clásica ‘protesta combo’, que incluyó un abanico de demandas, a saber, inseguridad, inflación, estudiantes detenidos, escasez de productos, democracia, etc. A la final nadie tenía claro el móvil, unos decían sin recelo que el objetivo era sacar a Nicolás Maduro del poder, y otros, que liberen a los estudiantes. La típica estrategia de la oposición venezolana: generar el caos, el desorden y encontrar allí la oportunidad de derrocar al presidente. Nada nuevo bajo el sol del llano.
La protesta es un derecho legítimo de la ciudadanía. Pero hay que enfocar esas demandas en las causas y en sus autores. Venezuela atraviesa varias dimensiones de conflicto en lo económico, mediático, institucional y en el ámbito de sus relaciones internacionales. La ‘guerra económica’, el conocido desabastecimiento, sucede por obra y gracia de los propios importadores venezolanos.
No hay que olvidar que Venezuela -junto con Irán- tiene las mayores reservas probadas de petróleo, por lo que no es un país de ‘segunda clase’ sino de vital interés, sobre todo para Estados Unidos. Esa riqueza petrolera estuvo por años concentrada en las élites venezolanas que, con el triunfo de Chávez, vieron diluirse sus sueños de opulencia. Por lo mismo, algunos gerentes de PDVSA terminaron de asesores petroleros en la Casa Blanca. La conexión entre la derecha venezolana y estadounidense no es paranoia comunista. Ni hablar de la campaña mediática y la injerencia de las ONG.
Esta vez la reacción internacional ha sido lenta a nivel multilateral, pero breve a nivel bilateral. Los países vecinos no esperaron mucho para expresar su respaldo al gobierno de Maduro y condenar cualquier intento golpista. También estas son las coyunturas que, de algún modo, sirven para tomarle el pulso a la Unasur y a la Celac. No faltaron los comunicados de las ONG de Washington que condenaban la ‘represión’ y pedían la liberación de López, ni tampoco las incendiarias declaraciones de Uribe.
El objetivo de Washington y los ‘escuálidos’ siempre ha sido claro: acabar con el chavismo. No habrá oportunidad desechada. Pero la historia se repite.
Tal como sucedió en 2002, la oposición, pese a su forzada unidad, ha terminado por comerse su propia cola y en su intento ha legitimado aún más la opción chavista, por encima de cualquier operación omnipotente.

viernes, 21 de febrero de 2014

Eliminar y desestabilizar, historias detrás de los métodos

Por: Valeria Puga Álvarez
@Valeria_RRII

Publicado por El Telégrafo aquí
Cada época parece tener su “consagrado” método de eliminación del “enemigo”. Aquel que se vuelve casi infalible para la élite mundial. No es casualidad que existan ciertos “parecidos de familia” entre lo que sucede en Caracas (Venezuela) y en Kiev (Ucrania).

Un poco de historia no está demás, en esta época en la que el tuit dicta la memoria de mañana. Empiezo. Muy poco se conoce en las latitudes latinoamericanas sobre “el caso Mattei”. Enrico Mattei fue presidente de la petrolera nacional italiana ENI (Ente Nazionale Idrocarburi) allá por los 50. Si bien provenía del sector privado, fue quien impulsó una amplia participación del Estado en sus recursos, de modo que, compitiera con los oligopolios petroleros privados mundiales, encabezados por las que bautizó, despectivamente, como las “Siete hermanas” -entre ellas: la Standard Oil, la Gulf Oil y la entonces Texaco, hoy Chevron-. Extrañamente, Mattei murió en un “accidente” de aviación cerca de Pavia, en circunstancias que hasta la fecha no están claras. Lo único que se ha descartado es que no fue un “accidente”, sino parte de un plan de asesinato, orquestado presuntamente desde los carteles petroleros a quienes Mattei incomodaba cada vez más. En efecto, el método estuvo vigente por algún tiempo y para nosotros, la víctima más cercana fue el presidente Jaime Roldós, en cuya muerte habrían participado dictadores del Cono Sur, incluso, la propia CIA.
Escenas de represión durante
la dictadura de Pinochet
Fuente:http://www.surysur.net/
Hasta los 80, los golpes de Estado vía gorilazgo militar fueron la fórmula favorita para debilitar el incipiente progresismo del sur global, contrarrestar la “amenaza soviética” y preparar el terreno para los experimentos neoliberales. Últimamente, los casos de Honduras y Paraguay mostraron una nueva forma de golpismo, a través de los resquicios institucionales.

Ahora, si bien son varias cuestiones que distancian los episodios de Ucrania a los de Venezuela, se ve claramente que detrás del discurso de democracia asociado a la “benevolencia” neoliberal, existen serios indicios de dejar el camino laxo para el golpe y la injerencia extranjera.
Ya las eliminaciones desenfadadas de líderes políticos progresistas a través de extraños accidentes de aviación o los golpes de Estado para instaurar dictaduras fascistas, son métodos ampliamente rechazados por la “doble moral” de la comunidad internacional, sobre todo, en regiones dominadas por democracias -semidemocracias, dirán otros- como América Latina. No obstante, estas “hojas de ruta” siguen siendo una opción de las grandes potencias en latitudes como el Medio Oriente y otros enclaves “incómodos” para su interés. De todas maneras, “las modas siempre vuelven”. Un ingrediente novedoso de los nuevos intentos de golpe y de las “exportaciones de la democracia” son los medios de comunicación como lugar de constitución de la estrategia. Por ejemplo: CNN contribuyó a legitimar la “guerra contra el terrorismo” y todas las acciones periféricas y no, llevadas a cabo por Bush, creando un clima de opinión favorable.

Fuente: http://article.wn.com/
En Venezuela, el caso ha sido más agudo. No solo los principales medios de comunicación nacionales –que cuantitativamente tienen la hegemonía de la información-, sino también los medios internacionales como CNN, ABC y El País han desinformado sin mayor escrúpulo sobre la situación de ese país, reforzando la falsa imagen de una autocracia , tiranía o dictadura. En efecto, las operaciones de eliminación y desestabilización tienen hoy en los medios de comunicación un nuevo escenario para reforzar o desmentir y llevar a cabo sus fines conspirativos a través de “guerras informativas”. Chávez lo tenía claro y el presidente Correa tampoco ha descuidado esta variable. Como un militar golpista venezolano alguna vez dijo: “los medios de comunicación fueron nuestras mejores armas”.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Maidán, la pesadilla de Yanukóvich

Publicado hoy en diario El Telégrafo 

Fuente foto: Globalvoices.org

Maidán, la Plaza de la Independencia ucraniana, vuelve a ser el escenario de protestas y consignas a favor de un cambio. El fantasma de la “Revolución Naranja” de 2004 ha sido un lugar común para analizar las marchas de más de cientos de miles de ciudadanos desde noviembre de 2013, cuando el presidente Víktor Yanukóvich del partido de las regiones -de línea prorrusa- sorprendía a los suyos con un “No” al Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, luego de haber cantado un “Sí” por todo lo alto. 

En 2004, la historia era distinta, pero también se trataba de Yanukóvich y los ucranianos. Por entonces, un fraude electoral daba como ganador de los comicios a Yanukóvich frente al proeuropeísta Víktor Yushchenko. Los ciudadanos movieron las difíciles placas tectónicas de la política ucraniana y lograron repetir las elecciones, dando la victoria esta vez, a Yushchenko. Rusia apenas se recuperaba de la desintegración soviética. 

Víktor Yuschenko y la exprimera ministra Yulia Timoshenko -encarcelada por abuso de poder y corrupción- aparentemente, fuera de la escena cotidiana, han aupado porque “Europa ayude a Ucrania a escapar de Rusia”. De hecho, la UE condicionaba el acuerdo a ciertas concesiones en el caso Timoshenko, que en más de una ocasión ha sido calificado como un “ajuste de cuentas” y “justicia selectiva”. 

La disputa por Ucrania entre la Unión Europea y Rusia se tensiona más con la participación de Estados Unidos, infaltable, en este tipo de conflictos. Ucrania es la joya de la esfera de influencia postsoviética, por lo que la “preocupación” estadounidense es mal vista por el Kremlin. Incluso, se sospecha que desde Moscú se orquestó la filtración de la conversación entre la secretaria de Estado adjunta, Victoria Nuland, y el embajador de EE.UU. en Kiev, en la que Nuland apelaba a una intervención de la ONU y, enfáticamente, decía: “que se joda Europa”. Poco caso le harán los europeos a este desliz, pues los intereses en juego pesan más. 

Además, las medidas diplomáticas tomadas por Bruselas de dialogar con líderes de la oposición parlamentaria ucraniana no inciden directamente en las protestas, donde la dinámica está dictada más por una autoconvocatoria, que por el liderazgo de los opositores. Catherine Ashton, jefa de la diplomacia de la UE, también ha conversado con Yanukóvich sobre la posibilidad de una reforma constitucional que ha quedado en suspenso... 

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